miércoles, 4 de abril de 2007

Miércoles, 21 de Septiembre de 2005

Como cada mañana, nos duchamos y cogimos un taxi. Hoy nos íbamos a Templo del Cielo (Tian Tan). Vamos recorriendo la ciudad, a nuestro paso apreciamos la inmensidad de Pekín. Nos encontramos con edificios increiblemente grandes, carreteras de 4 carriles y miles de coches circulando descontroladamente. Después de media hora de taxi y pagar 2 euros llegamos a nuestro destino, con un sol de 30 grados. Decir que ver el sol en Pekín no es algo muy común y de los 14 días que estuvimos al menos lo vimos 5 veces.
Bajamos del taxi y nos encontramos con una entrada bastante llamativa. Pagamos y al entrar recuerdo toparme con un puesto de venta de mapas y guias en diferentes idiomas, entre los que se encontraba ESPANOL (Español sin "ñ"). Obviamente no creimos necesario adquirir ninguna de estas guías, aunque no hubiera estado mal tenerlas como recuerdo.






Aquí se pueden visitar dos preciosas construcciones ceremoniales de forma redonda con tejados de tejas barnizadas que, antiguamente, eran capillas de veneración divina por parte de los emperadores. La parte más impresionante era un circulo de marmol encima de una superficie como si de un ring de lucha se tratara. Ese circulo representaba el centro del universo y era donde tenían lugar las más solemnes ceremonias oficiales. El emperador era considerado el Hijo del Cielo. Destaca el Templo de la plegaria por la buena cosecha, un edificio circular de enorme belleza construido en 1420. Obviamente todos los que estábamos por allí queriamos hacernos fotos y por tanto había un poco de cola pero creo que mereció la pena.





Básicamente todo el templo estaba formado por diversos edificios de arquitectura antigua China y varios templos. Era bonito y por ello se considera una visita obligada si viajas a Pekín (como la mayoría de los lugares a los que fuimos)










Esta mismo noche fue cuando mi tio, su masajista y nosotros dos nos fuimos a un restaurante que rara vez frecuentaba un extranjero. Basicamente era comida de chinos para chinos y que decir que todo estaba delicioso. En este lugar degustamos 2 platos muy especiales. Primer Plato: Serpientes!! . Si, como lo ois, se trata de un vol lleno de riquísimos serpientes (sin cabeza) con un indescriptible sabor a pollo. Segundo Plato: Pato a la Pekinesa. Se trata del plato típico de la ciudad, el plato que todo extranjero debería comer una vez esta en Pekín. Realmente no es nada del otro mundo pero pasa igual que con la muralla China, es más grande su leyenda que su tamaño. Me explico, es más importante decir: "Me he comido un plato a la pekinesa" que realmente comerlo.



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